La meta no es algo que termina en algún punto; la meta es el recorrido.

La meta es cada momento. Aquí tú eres un siddha para mí, un ser iluminado. Aquí has tenido éxito. Aquí eres lo más perfecto que puedes, igual que un Buda, un Ma-havira o un Krishna. No hay nada más que conseguir. En este mismo momento, todo está allí, sólo que no estás atento. Y no estás atento porque tu mente está en el futuro. No estás aquí. No eres consciente de lo que te está sucediendo en este preciso momento. Y esto es lo que ha ocurrido siempre. Esto ha venido ocurriendo para muchos, muchos millones de vidas. En todo momento has sido un Buda. No ha dejado de ocurrir ni por un solo momento. Esto no puede dejar de ocurrir; así es la naturaleza misma, así son las cosas. ¡No te lo puedes perder! Pero no eres consciente, y no puedes serlo, a causa de tener una meta en algún lado, algo que conseguir. A causa de la creación de esa barrera y de la pérdida de lo que eres. Una vez que descubres esto, una vez que te das cuenta, una vez que tomas conciencia de ello, se te revela el misterio más grande de la existencia: que todos somos perfectos. Eso es lo que que-remos decir cuando afirmamos que cada uno es Brahma: cada uno es el alma, el alma final, divina. A eso aludimos cuando decimos tattwanasi: tú eres eso. No es que debas transformarte en eso pues, si debieras transformarte en eso, no lo serías. Y, si no lo fueras ya, ¿cómo podrías transformarte en eso? La semilla se transforma en árbol porque el árbol ya está en la semilla. Una piedra no podría transformarse en árbol. ¡La semilla se transforma en árbol porque el árbol ya está en la semilla!.

Osho . El Dios de todos .

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