Kether se diferencia de Kjokmah y Binah antes de alcanzar la existencia fenomenal, y a
éstos los cabalistas los llaman Abba, el Padre Supremo, y Ama, la Madre Suprema. A Binah se lo llama también el Gran Mar y Shabathai, la esfera de Saturno. Conforme continuemos en nuestro estudio veremos que a los Sephiroth se los denomina sucesivamente como las esferas de los planetas pero Binah es la primera de las Emanaciones a la que se le asigna tal cosa. Kether es el Primer Remolino y Kjokmah es la Esfera del Zodíaco. Ahora bien: Saturno es el Padre de los Dioses; es el mayor de los viejos dioses que fueron los predecesores de aquellos del Olimpo sobre los que gobernaba Júpiter. En los títulos secretos atribuídos a las láminas del Tarot, el Sendero de Saturno se denomina, según Crowley, el Grande de la Noche de los Tiempos. Tenemos, pues, a Kether, diferenciándose como una potencia activa, masculina, Kjokmah; y una potencia pasiva, femenina, Binah, estos están colocados a la cabeza de las dos columnas laterales formadas por el alineamiento vertical de los Sephiroth, espaciados en el Arbol de la Vida. De estas dos columnas, la de la izquierda, que se encuentra bajo Binah, se llama Severidad, mientras que la de la derecha, bajo Kjokmah, se denomina Misericordia. Y la del Medio, bajo Kether, se denomina Suavidad, diciéndose que es la Columna del Equilibrio. Las dos Columnas Laterales son las que se encuentran a la entrada del Templo del Rey Salomón y están representadas en todas las logias de los Misterios, siendo el candidato mismo, cuando se encuentra entre ellas, el Pilar del Medio, el Equilibrio. Aquí nos encontramos con las ideas expresadas por la señora Blavatsky de que no puede haber manifestación si no hay diferenciación entre Pares de Opuestos. Kether se diferencia en dos aspectos como Kjokmah y Binah, y entonces la manifestación entra en la existencia. Ahora bien, en este triángulo supremo, la Cabeza que No Es, el Padre y la Madre, tenemos la concepción radical de nuestra Cosmogonía, a la que tendremos que volver una y otra vez, bajo innumerables aspectos, y cada vez iremos recibiendo nueva iluminación. Estos primeros capítulos no tratan de agotar los diversos puntos tocados, por razones ya expuestas, porque los estudiantes que no están familiarizados con el asunto --y son poquísimos los que lo están-- no tienen los elementos mentales necesarios o el acopio de hechos suficientes como para que les permita apreciar el significado de un estudio más detallado. En estos momentos nos estamos ocupando, precisamente, de juntar esos elementos, y, a su debido tiempo, trataremos de arreglarlos y disponer en un templo viviente, estudiándolos en detalle.
Dion Fortune . La Cabala Mistica .