Pero la actividad esencial de la materia consiste, por otra parte, en recibir; y al
recibir las influencias vitales e organiza en formas mantenidas por la continuidad de dichas influencias que al cesar las disgregan. Toda la actividad de la materia tiene este carácter receptivo, y sólo por recibir subsiste como forma; por esto siempre toma, sujeta y retiene. La persistencia de la forma depende de su poder de abarque y contención. Así atraerá hacia ella todo cuanto pueda, cediendo de mal grado lo que haya de dejar. Tener y retener es su única alegría, y el dar es muerte para ella.
Annie Besant . La sabiduría antigua .