¿Puede decirnos algo sobre la pereza? La pereza. Ante todo: ¿qué hay de malo en
la pereza? No confundamos la pereza con el ocio. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros somos perezosos e inclinados a ser indolentes, y por eso nos fustigamos para ser activos, convirtiéndonos de esa manera en más perezosos. Mientras más resisto la pereza, más perezoso me vuelvo. Pero observemos la pereza por la mañana cuando nos despertamos, sintiéndonos terriblemente perezosos y sin deseos de hacer tantas cosas. ¿Por qué se vuelve perezoso el cuerpo? Probablemente porque uno ha comido demasiado, o se ha extralimitado en el sexo; porque uno ha hecho de todo durante el día y la noche anterior para que el cuerpo se sienta pesado, embotado. Entonces el cuerpo dice: por amor de Dios, déjenme tranquilo por un ratito; y uno necesita fustigarlo, activarlo. Pero como no corrige su modo de vida uno termina tomando una píldora para sentirse activo. Sin embargo, si uno observa se da cuenta de que el cuerpo tiene su propia inteligencia, pero es necesario ser muy inteligente para observar la inteligencia del cuerpo. Uno fuerza el cuerpo, lo estimula. Uno está acostumbrado a comer carne, a beber, a fumar, y a todas esas cosas que ustedes conocen; por lo tanto, el cuerpo pierde su intrínseca inteligencia orgánica. Para dejar que el cuerpo actúe con inteligencia, la mente ha de volverse inteligente y no permitirse a sí misma interferir con el cuerpo. Inténtelo y verán que la pereza sufre un cambio tremendo.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .