En cuarto lugar, el aspirante debe fortalecerse, cultivar la paciencia que lo soporta todo, sin
debilitarse jamás y perseguir rectamente el fin de su camino sin interrumpirla. Nada ocurre sino por la Ley, y él sabe que la Ley es buena. Comprende que el pedregoso sendero conduce directamente a la cumbre, y sube los espinosos atajos que no pueden seguirse con tanta comodidad como el camino amplio y frecuentado que como interminable meandro rodea los flancos del monte. Comprende que ha de satisfacer en brevísimas existencias todas las obligaciones Kármicas acumuladas en su pasado, y que la cuantía de los pagos acrece en proporción a la premura del vencimiento.
Annie Besant . La sabiduría antigua .