El descontento es indispensable en nuestra existencia; lo es para cuestionar, para inquirir, investigar y

descubrir qué es lo real, qué es la verdad, qué es esencial en la vida. Puede que yo tenga este descontento apasionado en el colegio, pero después consigo un buen empleo y este descontento se desvanece. Estoy satisfecho, lucho para mantener a mi familia, tengo que ganarme la subsistencia; y así mi descontento se calma, se destruye, y me convierto en una entidad mediocre, satisfecha con las cosas que me brinda la vida; dejo de estar descontento. Pero la llama debe ser mantenida desde el comienzo hasta el final, de modo tal que haya un verdadero sondear, un verdadero investigar en relación con el problema del descontento. Debido a que la mente busca con mucha facilidad una droga que la satisfaga con virtudes, cualidades, ideas, acciones, establece una rutina y queda presa en ella. Estamos muy familiarizados con eso, pero nuestro problema no es cómo calmar el descontento, sino cómo mantenerlo encendido, activo, vital. Todos nuestros libros religiosos, todos nuestros gurús, todos los sistemas políticos, pacifican la mente, la aquietan, la influyen para que se someta, para que deseche el descontento y se sumerja en alguna forma de contentamiento [...]. ¿No es fundamental estar descontento para poder descubrir lo verdadero?.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

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