El automóvil atravesaba la pequeña población, pasando por muchos modestos caseríos, por torres de perforación,
tanques petroleros, y por toda la actividad que se desarrolla alrededor de estos campos de petróleo; y finalmente llegamos al mar. Luego pasamos otra vez por una gran ciudad, aunque no demasiado grande; atravesamos los numerosos huertos de limoneros y naranjos, y nos encontramos, no con algunos sembrados de fresas, no con pequeños plantíos de coles, sino con acres, millas y millas de ellos fresas, apio, espinaca, lechuga y otros vegetales- millas de tierra rica, llana, situada entre los cerros y el mar. Aquí todo se hace a gran escala, casi demasiado extravagante millas de limones y naranjas, de nueces, etcétera. Es un país rico, bello. Y los cerros se mostraban muy amistosos esa mañana.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .