Pero un fruto semejante sólo lo ha recogido después de haber tenido una sensación que

era, al mismo tiempo, muy lamentable y muy consoladora. ¿Cómo vamos a contemplar con indiferencia el panorama de desgracias del hombre y de los recursos que se le ofrecen contra estas desgracias? Además, el hombre nuevo, acuciado alternativamente por estas dos fuerzas opuestas, ha llegado, por comparación, a sentir su dignidad y su nobleza. Después de haberse estremecido con las miserias de hombre, se ha estremecido con su grandeza, que no lo habría hecho tan desdichado si no hubiese tenido medios tan poderosos para hacerse culpable. Y. a la inversa, después de haberse estre- mecido por la grandeza del hombre, se ha estremecido por estas miserias y por la conmoción que producen todas estas sensaciones violentas, el alma del hombre nuevo ha quedado al descubierto y el principio superior ha podido realizar en ella un contacto poderoso que la ha revitalizado y la ha impregnado con esta impetuosidad activa y santa, que es el verdadero carácter de la vida.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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