Disfruta el vacío, aprécialo, nútrelo. Deja que tu vacío se vuelva una danza, una celebración.
Olvídate por completo de Dios; que venga o que no venga es asunto suyo. ¿Por qué tendrías que preocuparte? ¡Es cosa suya! Y cuando te has olvidado por completo de Dios, viene, viene inmediatamente. Siempre viene cuando estás absolutamente desprevenido de su llegada; ni siquiera oyes sus pasos. Un momento no estaba aquí y, de repente, en otro momento está aquí. Pero tu vacío tiene que ser total. Y un vacío total significa que no hay ninguna expectativa, ningún futuro, ningún deseo. Dices: «A menudo soy capaz de alcanzar el estado...» Debes de estar forzándolo, debes de estar poniendo mucho empeño, debes de estar cultivándolo, debes de estar imaginándolo. Es imaginario, no es verdadero. «... o lo que parece ser el estado...» Y en el fondo tú también sabes que no es el estado verdadero. De alguna manera te las has arreglado para crear una especie de vacío en ti misma. Es un vacío forzado. «... que llamas "ser un bambú hueco": silencioso, observando, vacío...» No es lo que llamo el estado de ser un bambú hueco. No lo es. Si lo fuera, entonces no habría deseo de Dios, porque no hay deseo. No importa lo que desees. Dios, dinero, poder, prestigio, no importa. El deseo es el deseo; su sabor es siempre el mismo: el deseo te desvía del presente, del aquí-ahora al futuro, a alguna otra parte; el deseo no te permite relajarte en el momento. Te separa de tu ser. De modo que no importa lo que desees: puedes desear la presidencia de un país, o puedes desear dinero, o puedes desear la santidad, o puedes desear a Dios, puedes desear la verdad..., el deseo es el deseo. Deseo significa que estás dividido entre lo que eres y lo que te gustaría ser. Esto es angustia, esto es ansiedad, y esta ansiedad no te permitirá volverte un bambú hueco. Ser un bambú hueco significa: un estado sin deseos. Entonces estas absolutamente vacío, y entonces ese vacío tiene claridad, entonces ese vacío tiene una cualidad sagrada. Es tan puro, es tan inocente que no lo llamarás «solo vacío» o «solo nada». ¡Ese vacío es Dios mismo! Cuando estás vacío, cuando estás aquí-ahora, sin ningún deseo que te separe de tu realidad, está Dios. Dios significa «lo que es».
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .