Percibiendo el tacto la piedra fría, y después caliente si se ha puesto al fuego,
o calentado, por medio de él la imaginación y el entendimiento conocen las acciones de la piedra; pero éste se admira e inquiere dónde se fue la frialdad que primera percibió en la piedra, y halla que la frialdad que primero estaba en acto en ella, con el calor se redujo en potencia y el calor que estaba en potencia en ella misma quedó puesto en acto, y como la frialdad sea inseparable del agua, que es su propio sujeto, y el calor del fuego, que también lo es suyo, vuelve de nuevo a comprender y a cerciorarse de que en la piedra están los elementos; mas de nuevo vuelve a dudar si éstos están en la piedra en acto o en potencia, y ayudándose con el sentido e imaginación, y con su propia razón y naturaleza, conoce que necesariamente están los elementos realmente en la piedra, pues de otra forma su frialdad, que quedó reducida de acto en potencia cuando la piedra se calentó, no volvería a recuperarse cuando se enfrió, por no tener sujeto propio en que sustentarse, y así quedaría siempre reducida a la potencia, respecto de que la cualidad activa existente en acto, no podría sustentarse en un elemento existente sólo en potencia.
Ramón Llul . El Libro Del Ascenso Y Descenso Del Entendimiento .