Para comprender estas vagas expresiones de conciencia absoluta, conciencia universal y conciencia individual, será de
ayuda si trato de ilustrarlas. Vimos en anteriores conferencias que el átomo debe ser considerado en el cuer¬po humano como una minúscula entidad, una diminuta vida inteligente y una microscópica esfera activa. Tomemos ahora la pequeña célula como punto de partida y obtendre¬mos por su intermedio algún concepto de lo que son estos tres tipos de conciencia, observándolos desde el punto de vista del átomo y del hombre. Para el pequeño átomo en el cuerpo del hombre, la conciencia individual sería su propia vida vibratoria, su interna actividad y todo cuanto específi-camente le concierne. Para la pequeña célula, la conciencia universal podría ser la conciencia de todo el cuerpo fí¬sico, observándolo como la unidad que incorpora al átomo. Para el átomo, la conciencia absoluta sería la conciencia del hombre pensante que energetiza el cuerpo, lo cual re¬sultaría para el átomo algo tan remoto, desde su propia vida interna, que le sería prácticamente inconcebible e incognos¬cible; sin embargo arrastra, dentro de la línea de su volun¬tad, a la forma y al átomo que está en la forma y a todo lo que ello concierne. Esto puede aplicarse al hombre, vién¬dolo como un átomo o célula del cuerpo de una excelsa Entidad, de allí que podamos aplicar este concepto a tres tipos de conciencia. Sería inteligente descender y ocuparnos de cosas más prácticas que la conciencia absoluta.
Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .