«He regresado después de varios días de sereno pensar. Tengo una casa frente al mar
y vivo allí completamente solo. Es una de esas pequeñas cabañas costeras, y uno tiene frente a sí la playa y el azul Pacifico; se puede caminar millas y millas por la playa. Yo generalmente salgo para hacer largos paseos en la mañana o en el atardecer. Después de verle a usted el otro día, caminé a lo largo de la playa, tal vez unas cinco millas o más, y decidí regresar y verle nuevamente. Al principio me sentí muy perturbado. No podía comprender del todo lo que usted decía, lo que me señalaba. Aunque soy una persona más bien escéptica sobre estas cuestiones, permití que lo dicho por usted ocupara mi mente. No era que internamente yo lo aceptara o lo negara, pero me intrigaba; y deliberadamente uso la palabra ‘permití’ permití que penetrara en mi mente. Y luego de reflexionar un poco, subí a mi auto, y después de manejar a lo largo de la costa regresé tierra adentro hasta llegar aquí. Es un valle muy hermoso. Me alegro de encontrarle aquí. ¿Podríamos, pues, continuar con lo que estuvimos considerando el otro día?.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .