Nos es menester considerar todavía los dos puntos opuestos, situados en las ex- tremidades del
eje que atraviesa la tierra, y que, como lo hemos dicho, son Jerusalem y el Paraíso terrestre. En cierto modo, son las proyecciones verticales de los dos pun- tos que marcan el comienzo y el fin del ciclo cronológico, y que, como tales, había- mos hecho corresponder a las extremidades del diámetro horizontal en la figuración precedente. Si estas extremidades representan su oposición según el tiempo, y si las extremidades del diámetro vertical representan su oposición según el espacio, se tie- ne así una expresión del papel complementario de los dos principios cuya acción, en nuestro mundo, se traduce por la existencia de las dos condiciones de tiempo y de espacio. La proyección vertical podría ser considerada como una proyección en lo «intemporal», si nos es permisible expresarlo así, puesto que se efectúa según el eje desde donde todas las cosas son consideradas en modo permanente y ya no transito- rio; el paso del diámetro horizontal al diámetro vertical representa pues verdadera- mente una transmutación de la sucesión en simultaneidad.
Ariza Francisco . El esoterismo de Dante .