Los hay de todos los grados de saber y virtud; benéficos y malhechores, fuertes y

débiles, pacíficos y terribles. Encontramos aquí además muchos aspirantes jóvenes, no iniciados todavía, que aprenden a servirse de su vehículo astral y que se ocupan en obras de beneficencia o de maleficio, según el sendero que se disponen seguir. Se encuentran igualmente en este plano simples psíquicos y otros soñolientos, errando a la ventura mientras sus cuerpos físicos duermen o se hallan en trance.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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