Jesús dice: «Regocijaos, regocijaos. Otra vez os digo: Regocijaos.» El hombre aún no se ha

regocijado. El hombre ha vivido bajo la pesada carga de la seriedad. Trabajar para el país, trabajar para la familia, trabajar para la esposa, trabajar para los hijos, trabajar para tu padre y tu madre... Simplemente sigue trabajando y trabajando, y luego un día muere y desaparece en la tumba. Y entonces trabajarán otros y esto sigue y sigue. Nadie parece tener nada de tiempo para disfrutar la vida.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

Índice