Otro reciente y admirable descubrimiento es la posibilidad de hablar desde muy lejos por medio
de un aparato llamado teléfono que acaba de inventar Graham Bell. La nueva invención tuvo por precedente los tubos acústicos, consistentes en dos pequeñas bocinas de estaño recubiertas de terciopelo y enlazadas por un bramante. Entre Boston y Cambridgeport se ha sostenido por teléfono una conversación durante la cual se oyeron distintamente todas las palabras con la peculiar modulación de voz. Las ondas sonoras recibidas por un imán, se transmiten eléctricamente a lo largo del alambre en cooperación con dicho imán. El buen funcionamiento dela aparato depende de la regularidad de la corriente eléctrica y de la potencia del imán que ha de cooperar a su acción. “El aparato –dice un periódico- consiste en una especie de bocina con una membrana muy delicada en la que repercuten las ondas sonoras cuando se aplica el habla a la bocina. Al otro lado de la membrana hay una pieza metálica que al vibrar aquélla se pone en contacto con un imán y éste con el circuito eléctrico gobernado por el operador. No se sabe cómo, pero lo cierto es que la corriente eléctrica transmite con toda exactitud de uno a otro aparato la voz del que habla sin pérdida de la más leve modulación”.
H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .