El Dios en nosotros, esto es, el Espíritu de amor y verdad, de justicia y

sabiduría, de bondad y poder, ha de ser nuestro verdadero y constante amor; nuestra única confianza; nuestra única fe, que firme como una roca nos sirve de apoyo; nuestra sola esperanza, que nunca nos engañará aunque todo perezca; y el único logro a que aspiremos con nuestra paciencia, esperando gozosamente, hasta agotar nuestro mal karma, que la presencia del divino Redentor se revele en nuestra alma.

H.P. Blavatsky . Ocultismo Practico .

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