Al terminar, diremos solamente, para que nadie pueda equivocarse sobre nuestras intenciones, que los puntos
de vista que hemos indicado no son en modo alguno exclusivos, y que sin duda hay todavía muchos otros en los que uno podría colocarse igualmente y de los que se sacarían conclusiones no menos importantes, puesto que todos estos puntos de vista se completan en perfecta concordancia en la unidad de la síntesis total. Pertenece a la esencia misma del simbolismo iniciático no poder reducirse a fórmulas más o menos estrechamente sistemáticas, como aquellas en las que se complace la filosofía profana; el papel de los símbolos es ser el soporte de concepciones cuyas posibilidades de extensión son verdaderamente ilimitadas, y toda expresión no es ella misma más que un símbolo; así pues, es menester reservar siempre la parte de lo inexpresable, que es incluso, en el orden de la metafísica pura, lo que importa más.
Ariza Francisco . El esoterismo de Dante .