Pero los doctores de la ley son muy tenebrosos para apreciar esta coincidencia y el

alma humana no es para ellos nada más que un instrumento pasivo, semejante en todo a los seres inanimados, que no tienen una acción propia que pueda unirse, por analogía, a la acción de la Divinidad. Además, no dejarán de intentar apoderarse del hombre nuevo que, con todas sus respuestas, hará en todo momento que caigan en la confusión; pero, como dominan al pueblo, enviarán hacia este hombre nuevo personas que irán en contra de la gente de bien, para ponerles trampas y sorprenderlos en sus palabras, con el fin de entregarlo al magistrado y al poder del gobernador.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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