Es inútil decir a este hombre nuevo que este barco lanzado por el gran soberano
de los seres es el nombre del Señor, ya que es por este nombre pode roso por el que el hombre nuevo ha recibido el nacimiento Es inútil decirle que este nombre poderoso debe anclarse en el para poder dejar que pase la tempestad y continuar después su ruta hasta que pueda llevar a su destino a los viajeros que tiene a su cargo Este hombre nuevo conoce todas estas grandes verdades, pues sabe que ha nacido, que existe y debe existir exclusivamente para la conservación de la ley del Señor y para cooperar con toda su fuerza en los designios benefactores que la sabiduría Divina produce incesantemente para el bien de la posteridad humana.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .