La consciencia misma detendrá el movimiento del pensamiento durante un tiempo. Se quedará trabado ahí.

Y sigue observando. No condenes, no te deshagas de él, no luches, porque tanto la condena como la justificación harán que te identifiques con el pensamiento. Simplemente sigue ahí, alerta, observando el pensamiento. Entonces empieza a desaparecer. Igual que llegó, desaparece. Salió de la imaginación, desaparece en la imaginación. Cuando desaparezca, vuelve a la contemplación. No necesitas ir al origen mismo de él porque no lo hay; tendrías que ir al origen mismo de la existencia.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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