Suponiendo que consideremos el Triángulo de Fuego como representando la forma incondicionada, el Triángulo del

Aire la fuerza condicionada, el Triángulo de la Tierra como símbolo de la forma íntegramente inerte, y el Triángulo del Agua como símbolo de la forma en actividad tendremos otro tipo de clasificación. En los mitos más antiguos, el aire o dios del espacio es pariente del Sol; fuego celeste; el agua es la matriz de la tierra. Esto corresponde claramente al Pilar Central del Arbol de la Vida donde el Espacio (Kether) ilumina a Tiphareth (el Sol), y Yesod, fuerza acuosa, el centro Lunar, a la Tierra o Malkuth. También podemos disponer los símbolos del jeroglífico de otra manera (una de las glorias del Arbol es la de permitirnos licencias semejantes), y colocar los cuatro Elementos: limón, oliva, rojo y negro en la esfera de Malkuth considerando operante la fuerza vital emanada de Kether como una corriente eléctrica lo que está conforme con la doctrina de las polaridades alternadas; encontramos así, que la fuerza ascenderá ora de Malkuth a Kether ora descenderá de Kether a Malkuth. Ahora bien: este es un punto capital cuando se lo aplica al microcosmos, porque nos enseña que debemos estar en circuito con el alma de la Tierra como con el Dios del cielo; hay una inspiración que asciende de lo inconsciente como asimismo hay una inspiración que desciende de lo supraconsciente. Esto resulta claro de los mitos griegos donde hallamos fuerzas terrestres tan positivas como Pan, el cual teniendo por símbolo una cabra, no puede tener otra atribución que la Esfera Terrestre porque Capricorno es el símbolo más terrestre de la triplicidad de Tierra. Pan representa el magnetismo positivo de la Tierra, evadiéndose en su regreso al Padre Universal. Ceres, por otra parte, o la Diana de múltiples senos, ambas Venus bien terrestres y de ninguna manera vírgenes, representan la encarnación final de la fuerza divina en la materia densa. Hera, también llamada la Venus o Afrodita Celeste, representa el retorno al cielo de la fuerza terrestre que, en el nivel celeste, se convierte en positiva. Estas son cosas difíciles de dilucidar para quien no haya visto el sol de medianoche. Ellas se revelan cuando se las medita, pero se aclaran poco por medio de la discusión. odas las adivinaciones se realizan en la Esfera de Malkuth. El objeto de todo método es hallar una serie de cosas en el plano fisico, que se correspondan adecuadamente a las fuerzas invisibles, tal como las agujas de un reloj corresponden al pasaje del tiempo. Para revelar ciertas condiciones y ciertas tendencias, la experiencia universal de aquellos que han estudiado estas materias concuerda en decir que la astrología es el mejor sistema de correspondencias. Pero no es suficientemente especifica para obtener una respuesta a una pregunta aislada, entrando en juego muchos factores que influyen en el resultado. El iniciado adivino se sirve de sistemas más especiales, tales como la adivinación por el Tarot o la Geomancia, cuando quiere obtener una respuesta a una pregunta especial. No es de gran utilidad entrar en un negocio y comprar un juego del Tarot, a menos de tener un conocimiento preciso de las correspondencias astrales de cada carta. Todo esto toma tiempo, porque hay que utilizar setenta y dos cartas. Una vez que este conocimiento ha sido dominado, el operador puede tomar sus cartas con la plena confianza de que su subconsciente, de cualquier manera, sin saberlo, elegirá las cartas que estén en relación con el motivo que lo ocupa. Ignoramos de qué manera se produce esto, pero un hecho es cierto, y es que una vez puesto en relación con el Gran Angel del Tarot las cartas son notablemente sugestivas. Habiendo estudiado los principios generantes de la Esfera de Malkuth, estamos ya en condiciones de abordar útilmente su simbolismo especial.

Dion Fortune . La Cabala Mistica .

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