Del mismo modo, para saber, vivenciar, sentir lo que es el amor, la mente ha

de estar libre para descubrir. Debe estar libre para sentirlo, para estar con él, sin la división del observador y lo observado. La mente ha de destruir por completo las limitaciones de la palabra; debe ver toda la implicación de la palabra: el amor pecaminoso y el amor divino; el amor que es respetable y el que es impuro; todos los edictos sociales, las sanciones y los tabúes que hemos puesto en torno a esa palabra. Y hacer eso amar a un comunista, amar a la muerte es una labor enormemente ardua, ¿no es así? Y el amor no es lo opuesto del odio, porque lo que es opuesto forma parte de su opuesto. Amar, comprender la brutalidad que existe en el mundo, la brutalidad del rico y del poderoso; ver una sonrisa en el rostro de un pobre hombre mientras vais por el camino, y ser feliz con esa persona: probad a hacerlo alguna vez, y veréis. Amar requiere una mente que esté siempre purgándose de las cosas que ha conocido, experimentado, acopiado, reunido, a las que se ha apegado. Así que no hay descripción de esa palabra; sólo hay su sentimiento, su totalidad.

Jiddu Krishnamurti . El Estado Creativo de la Mente .

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