Siguiendo el ejemplo del reparador, el hombre nuevo va a entrar en su propio templo,

va a expulsar a latigazos a los cambistas y a los vendedores de palomas, reprochándoles que de la casa de su padre, que era una casa de oración, han hecho una cueva de ladrones. Si los príncipes de los sacerdotes, los doctores de la ley y los senadores le preguntan con qué autoridad hace estas cosas, no les responde, porque ellos no pueden decir si el bautismo de Juan era de los hombres o si era del cielo, porque ellos no conocen la unión del alma humana con el espíritu del Señor, que hace que el bautismo de Juan se refiera, a la vez, a estos dos mundos y por eso sea la imagen de la autoridad del reparador que procedía también de la reunión de los poderes de estos dos mundos.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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