Si creemos que el objeto de la vida es la satisfacción y bienestar de la
personalidad, y que el bienestar material confiere la suprema dicha, confundiremos lo inferior con lo superior y la ilusión con la verdad. Nuestra modalidad material es consecuencia de la constitución material de nuestros cuerpos. Somos "gusanos de la tierra" porque nuestras aspiraciones se arrastran por la tierra; pero si entráramos en un sendero de evolución donde fuésemos menos materiales y más etéreos, tomaría muy distinto cariz la civilización. Muchas cosas que ahora nos parecen indispensables y necesarias dejarían de serlo; y si pudiéramos transferir nuestra conciencia de un extremo a otro del globo con la velocidad del pensamiento, serían inútiles los actuales medios de comunicación. Cuanto más profundamente nos hundimos en la materia, más medios de comodidad material necesitamos; pero el esencial y potente dios interno del hombre no es material ni depende de las restricciones peculiares de la materia. ¿Cuáles son las verdaderas necesidades de la vida ? La respuesta está en relación con lo que cada cual crea necesario. Los ferrocarriles, los buques de vapor, la luz eléctrica, etc., nos son ahora necesarios; y sin embargo, millones de gentes han vivido largo tiempo felices sin conocerlos. Para uno serán necesarios una docena de palacios; para otro, un carruaje; para otro, una pipa o una botella de ron. Pero todas las necesidades de esta índole. son ficticias, constituyen el estado en que el hombre se encuentra satisfecho y le incitan a permanecer en él, sin desear algo superior, por lo que pueden ser estorbo más bien que impulso en su evolución. Si nos eleváramos a un estado más alto, en el que no se exigiese nada artificioso, todas las cosas ficticias dejarían de ser necesarios y no las desearíamos; pero la apetencia de placeres groseros, en los que tiene fijo su pensamiento, le impide al hombre entrar en la vida superior.
H.P. Blavatsky . Ocultismo Practico .