En el Sendero del Sowán oh Srôtâpatti, tú estás en seguridad. Sí, en aquel Marga

en donde no encuentra más que tinieblas el fatigado peregrino; en donde, desgarradas por los espinos y abrojos, las ma¬nos gotean sangre y los pies son heridos por enhiestos y agudos pedernales, y en donde Mara esgrime sus más poderosas armas, allí hay un gran galardón, inmediatamente más allá.

H.P. Blavatsky . La voz del silencio .

Índice