Nuestra vida entera, la búsqueda de dinero, poder, prestigio, esto y lo otro, no es
sino la búsqueda de puntales, de apoyos, para mantener la ficción. Y en realidad sabemos que la muerte se aproxima. Hagamos lo que hagamos, la muerte lo destruirá; pero a pesar de los pesares, seguimos adelante: a lo mejor mueren todos los demás, pero tú no. Y en cierto modo es verdad. Como siempre has visto morir a otros, pero no a ti mismo, parece que es verdad, y también lógico. Mueren esa persona y la otra, pero tú no. Tú siempre estás allí para lamentarte, para acompañarlas al cementerio y despedirte de ellas, pero después vuelves a tu casa. No te dejes engañar, porque todas esas personas estaban haciendo lo mismo, y nadie es una excepción. Cuando llega la muerte, destruye la ficción de tu nombre, de tu fama. Cuando llega la muerte, simplemente lo borra todo; no queda ninguna huella. Intentemos lo que intentemos hacer con nuestra vida, no es más que escribir sobre el agua; ni siquiera sobre la arena, sino sobre el agua. No acabas de escribirlo cuando ya ha desaparecido. No te da tiempo ni a leerlo, porque desaparece enseguida. Pero seguimos intentando construir castillos en el aire. Como se trata de una ficción, hay que mantenerla continuamente, con un esfuerzo constante, noche y día. Y nadie puede mantener semejante vigilancia veinticuatro horas al día. De modo que a veces, sin querer, vislumbras durante unos momentos la realidad sin el ego como barrera.
Osho . El libro del ego .