La enseñanza de hábitos sexuales erróneos, el ejemplo de la extendida prostitución (aplico esta palabra
tanto a los hombres como a las mujeres), la proliferación de la homosexualidad (no en su predisposición y singular conformación fisiológica, sino desde el ángulo de una mentalidad pervertida y de una imaginación malsana que está hoy detrás de gran parte de su expresión), la estrecha mentalidad cristiana heredada de un complejo de culpabilidad en lo concerniente al sexo y a la herencia de cuerpos físicos enfermos, excesiva o débilmente sexuales, han llevado a la raza a su actual caótico e ignorante manejo de este importante problema. La solución no se hallará en los pronunciamientos religiosos basados en una teología caduca, o por la inhibición fisiológica o el libertinaje legalizado; tampoco vendrá por medio de la legislación, inspirada por las distintas escuelas de pensamiento de cualquier comunidad o nación. Será el resultado de la actividad unida de las conciencias espiritualmente orientadas, la actitud jurídica, la percepción intelectual y el constante impulso del proceso evolutivo. Nada puede impedir la inevitabilidad de la solución ni la aparición de actitudes deseables y condiciones en las que el sexo pueda tener la correcta expresión.
Alice A. Bailey . El Sexo .