El cuerpo astral es el modelo guía del físico, y todos los otros reinos tienen
igualmente un modelo astral. Los vegetales, minerales y animales tienen un doble etéreo y ésta es la única teoría que responderá a la incógnita de por qué la semilla reproduce su misma especie y los seres conscientes procrean otros seres semejantes. Los biólogos únicamente pueden decir que los hechos son tales como se les conoce, pero no pueden dar razón de porqué la bellota nunca podrá producir otra cosa sino una encina excepto que jamás se ha sabido algo diferente. La doctrina verdadera era conocida en las escuelas de antaño, y esa doctrina ha sido promulgada nuevamente en Occidente, gracias a los esfuerzos de H. P. Blavatsky y de aquéllos que han sido inspirados por sus obras. Esta doctrina nos dice que en épocas primitivas de la evolución de este globo, los diferentes reinos de la naturaleza fueron delineados primeramente como plan o en forma ideal, y después la materia astral comenzó a trabajar sobre este plan con la ayuda del principio Vital, hasta que al cabo de largas edades la forma astral humana completó su evolución y perfeccionamiento. Esta es, pues, la primera forma que la raza humana tuvo, y en cierto sentido corresponde a la alegoría de la condición del hombre en el Jardín del Edén. Después de otros largos períodos, durante los cuales el ciclo del continuo descenso iba ayanzando, la forma astral al fin se cubrió con una "vestidura de piel" y la forma física actual se introdujo en la escena. Esta es la explicación del verso en el libro del Génesis que describe cómo a Adán y a Eva les fueron dadas vestiduras de piel. Esta es la caída final en la materia, porque a partir de ese momento el hombre interior se esfuerza en elevar la masa entera de materia física a un nivel superior y animarla con influencias espirituales, con el fin de que ésta pueda estar preparada para continuar aún más adelante durante el próximo gran período de evolución, después que el actual finalece. En la presente época, el modelo por el cual la criatura se desarrolla en el útero es el cuerpo astral, cuya forma está ya perfecta antes del nacimiento del niño. Es sobre este modelo que las moléculas se organizan por sí mismas, hasta que el niño queda completamente formado, y la presencia del etéreo cuerpo-diseño explicará cómo la forma se desarrolla morfológicamente, hasta producir los contornos y figura; cómo los globos oculares se impulsan por sí mismos del interior hacia la superficie de la cara, y muchas otras cosas misteriosas de la embriología, que los médicos pasan por alto con una mera descripción pero sin poder explicarlas. Esto explicará mejor que toda otra teoría, las marcas de nacimiento del feto en el útero, negadas a veces por los médicos pero bien conocidas por aquéllos que se toman el trabajo de observar, como siendo un hecho que ocurre frecuentemente. La forma corporal en desarrollo está sujeta al modelo astral, y conectado con la imaginación de la madre por órganos físicos y psíquicos. La madre proyecta una fuerte imagen por horror, temor o cualquier otra emoción, y el modelo astral es afectado entonces similarmente. En el caso de un niño que nace naturalmente sin piernas, las ideas y la potente imaginación de la madre amputan e inhiben la pierna astral, lo que trae por resultado que las moléculas, no teniendo el modelo astral morfológico de la pierna sobre el cual alinearse y trabajar, no estructuran pierna corporal alguna, y así similarmente en otros casos. Por el contario, dondequiera que nos encontramos a un hombre que aún siente la pierna que el cirujano le ha amputado, o percibe dedos que le fueron cortados, ahí entonces el miembro astral no ha sido afectado, y por lo tanto, el hombre tiene la sensación de que los miembros estuvieran aún unidos a su ser. Pues ni el bisturí ni los ácidos jamás dañarán el modelo astral ya formado, pero en las primeras fases de su desarrollo, las ideas y la imaginación, sí tienen el poder del ácido o del acero afilado.
William Judge . El Oceano de la Teosofia .