El que tiene en la mano una piedra cristalina, la ve coloreada y figurada, lo

que el afato publica y oye el oído, y teniendo los ojos abiertos, la entiende sin imaginarla, y así el afato, oído y entendimiento, según su ciencia, individúan esta piedra con este pronombre ésta, en lo que el entendimiento conoce que la piedra está individuada por ellos y por él; pero se admira e inquiere la causa de la natural individuación de la misma piedra, y ayudándose de la memoria, su hermana (de la cual se sirve para memorar él; como el afato el oído para oír), se acuerda del capítulo de la simplicidad y composición de la piedra, en donde se dice que las segundas sustancias no existen simplemente por sí solas, por estar compuestas de las sustancias simples, y de sus propios accidentes, por los que naturalmente se individúan; pero aún duda e inquiere cuál es la causa o causas de la individuación de las simples sustancias y accidentes de que está compuesta la piedra y cree que el agente natural o Dios son las causas; creyéndolo solamente sin entenderlo, porque las causas de la individuación de los entes son insensibles e inimaginables, en lo que se manifiesta el modo que tiene el entendimiento de ascender al grado de la credulidad.

Ramón Llul . El Libro Del Ascenso Y Descenso Del Entendimiento .

Índice