Hay dos tipos de silencios: uno es el que cultivas, el otro es el que
llega. Tu silencio cultivado no es más que ruido reprimido. Te puedes sentar en silencio, y si te sientas mucho tiempo y continúas la práctica durante meses seguidos, poco a poco te volverás capaz de reprimir todo el ruido dentro. Pero todavía estarás sentado sobre un volcán: puede hacer erupción en cualquier momento, cualquier excusa servirá. Esto no es silencio verdadero, esto es solo silencio impuesto. Esto es lo que está sucediendo en todo el mundo: las personas que intentan meditar, las personas que intentan volverse silenciosas, solo están imponiéndose un silencio. Se puede imponer. Puedes tener una capa de silencio a tu alrededor, pero eso es tan solo engañarte a ti mismo y nada más. Esa capa no va a ayudar. A menos que el silencio surja de tu propio ser, no impuesto desde el exterior al interior, sino que llega a la inversa; llega, brota desde el interior al exterior, surge desde el centro hacia la circunferencia...; eso es un fenómeno totalmente diferente. Lu-Tsu dijo: «Cuando llega el silencio.» Recuerda, no es traído, no es forzado, sino que cuando llega «no surge ni un pensamiento». Entonces no estás sentado sobre un volcán. Por eso, todo mi enfoque es: en vez de cultivar el silencio, descárgate de tu ruido interno, sácalo. La gente se queda muy desconcertada cuando viene a mí por primera vez. Si han estado con algún maestro budista, entonces estuvieron haciendo vipassana, sentados, imponiéndose cierta postura estática. ¿Por qué una postura estática? Porque cuando se fuerza al cuerpo a mantenerse en una postura, la mente también se ve forzada a permanecer en una postura. El cuerpo y la mente funcionan juntos. La mente es el aspecto interno del cuerpo. En un fenómeno material, no tiene nada que ver con tu ser. Es tan material como el cuerpo. De manera que si haces algo con el cuerpo, eso le sucede automáticamente a la mente. Por eso, a lo largo de los tiempos, la gente ha estado cultivando posturas: sentado en una postura del loto, fuerza a tu cuerpo a estar como una estatua, una estatua de mármol. Si tu cuerpo está realmente quieto, forzado, verás que tu mente cae en una especie de silencio, que es falso, que no es verdadero. Simplemente se le ha forzado a estar en silencio con la postura del cuerpo. Pruébalo: simplemente ponte en una postura de ira, con los puños, con la cara, los dientes; ponte en una postura de ira... y te sorprenderá que empiezas a sentir ira. Eso es lo que hace un actor: mueve el cuerpo en una postura y la mente la sigue y entra en el papel.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .