El pensamiento no puede, por ningún medio, cultivar la compasión. No uso la palabra compasión

para indicar lo opuesto, la antítesis del odio o la violencia. Pero, a menos que cada uno de nosotros tenga un sentido profundo de compasión, nos volveremos más y más brutales, inhumanos el uno para el otro. Tendremos mentes mecánicas, mentes como computadoras, adiestradas tan sólo para cumplir determinadas funciones; continuaremos buscando seguridad, tanto física como psicológica, y desperdiciaremos la extraordinaria profundidad y belleza, el significado íntegro de la vida. No entiendo por compasión una cosa que pueda adquirirse. La compasión no es la palabra ésta es meramente del pasado-, sino que es algo del presente activo; es la acción y no la palabra, el nombre, el sustantivo. Hay una diferencia entre la acción y la palabra. La acción es del presente, mientras que la palabra es siempre del pasado y, por lo tanto, es estática. Uno puede atribuir vitalidad o movimiento al nombre, a la palabra, pero no es lo mismo que la acción, la cual es siempre del presente [...]. La compasión no es sentimentalismo; no es esta vaga simpatía o empata. La compasión no es algo que uno pueda cultivar por medio del pensamiento, de la disciplina, del control, de la represión, ni siendo uno amable, cortés, gentil y demás. La compasión adviene sólo cuando el pensamiento ha llegado a su fin hasta la raíz misma.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

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