Quisiera haceros entrar en el Reino de la Felicidad, vivir en aquella realidad, respirar aquel
aire de inmensa pureza y que os gozarais y deleitarais en este Reino. Quisiera poder haceros entrar en mi corazón y mi mente y que vierais las cosas tal como son y percibierais el mundo tal como es y vivierais conmigo en todo cuanto de veras es duradero y permanente. No quiero, ni os pido, ni os incito, ni en modo alguno os fuerzo a vagar por ignotos campos, a gozaros en cosas desconocidas y no experimentadas ni recordadas. Porque conocéis esta Eterna Morada, esta Verdad, estas realidades, porque habéis visitado este Reino, vivido en él, gozándoos en él y deleitándoos en él, deseo que permanezcáis, en aquel Reino, en aquel mundo real, para andar por él y después volver a este otro mundo irreal, transitorio, para vivir aquí constantemente en lo Real. La mayor parte de nosotros consideramos el verdadero Reino, la Realidad, como si fuese una cosa extraña, como si hubiésemos de entrar en algún lugar desconocido, siendo así que este mundo de sensación es el desconocido, el transitorio, el trivial, el que no tiene la más mínima importancia.
Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .