Si uno no establece la división entre “lo que es” y “lo que debería ser”,
podría sentirse satisfecho y no se preocuparía por las cosas terribles que ocurren. ¿Cuál es la realidad de “lo que debería ser”? ¿Es que tiene alguna realidad? El hombre es violento pero el “debería ser” es pacífico. ¿Cuál es la realidad del “debería ser” y por qué insistimos en el “debería ser”? De cesar esa división, ¿se volvería el hombre más complaciente y lo aceptaría todo? ¿Aceptaría yo la violencia si no tuviese el ideal de la no violencia? La no violencia ha sido predicada desde los tiempos más remotos: no mates, sé compasivo, etcétera; y el hecho es que el hombre es violento; eso es “lo que es”. Si el hombre lo acepta como inevitable, entonces se vuelve complaciente, tal como lo es ahora. Ha aceptado la guerra como una forma de vida y continúa haciéndolo a pesar de que miles de sanciones religiosas, sociales y de otra clase dicen: “No mates” no sólo al hombre, tampoco a los animales-. Pero el hombre mata animales para comer y va a la guerra. De modo que si no tuviéramos ideal alguno, nos quedaríamos con “lo que es”. ¿Lo haría eso complaciente a uno? ¿O tendría uno entonces la energía, el interés, la vitalidad para resolver “lo que es”: es el ideal de no violencia un escape del hecho de la violencia? Cuando la mente no está escapando sino que está enfrentándose al hecho de la violencia de que uno es violento, sin condenar el hecho ni juzgarlo- entonces esa mente tiene, sin duda, una calidad del todo diferente y deja de ser violenta. Una mente así no acepta la violencia. La violencia no implica sólo herir o matar a alguien; violencia es también esta distorsión que hay en el adaptarse, imitar, seguir la moralidad social, o en el seguir la propia y peculiar moralidad de cada uno. Toda forma de dominio y de represión es distorsión y, por lo tanto, es violencia. No hay duda de que para comprender “lo que es” tiene que existir un estado de atención, de alerta vigilancia, a fin de descubrir lo real. Y el hecho real es la división que el hombre ha creado mediante el nacionalismo, una de las principales causas de la guerra; lo aceptamos rendimos culto a la bandera. Y están las divisiones creadas por la religión, somos cristianos, budistas, esto o aquello. ¿No podríamos liberarnos de “lo que es”, observando el hecho real? Uno puede estar libre de ello sólo cuando la mente no deforma lo que observa.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .