Si uno es el mundo, ¿qué significa salirse de la corriente, y “quién” es el
que se sale? No sé si nos damos cuenta, no como una idea, no como algún recurso romántico sino como un hecho real, de que uno es el mundo; psicológicamente, internamente, uno es el mundo. Vaya usted a la India y verá que ellos tienen los mismos problemas que hay aquí: sufrimiento, soledad, muerte, ansiedad, dolor. Dondequiera que uno vaya, éste es el hecho común a toda la humanidad. Cuando usted escucha esta aseveración de que psicológicamente, internamente, uno es el mundo, ¿convierte eso en una idea? ¿O realmente se da cuenta de ello como se da cuenta del dolor que siente cuando le clavan un alfiler en el muslo o en el brazo? Ahí usted no tiene una idea al respecto: es así, hay dolor. ¿Nos damos cuenta, pues, de ese hecho inmenso, lo sentimos como algo vital, algo tremendamente real? Si nos damos cuenta, entonces ese hecho psicológico afecta la mente, el cerebro; no la pequeña mente de uno limitada por los intereses nacionales o familiares, sino que afecta el cerebro humano. Cuando uno comprende eso, esa comprensión trae consigo un sentido de gran responsabilidad sin sentimiento alguno de culpa, sino un sentido de inmensa responsabilidad por todas las cosas que se relacionan con los seres humanos: el modo en que uno educa a los propios hijos, la forma en que uno se comporta, etcétera. Si uno realmente se da cuenta de esta inmensidad es algo inmenso-, entonces la entidad particular que es el “yo” parece muy insignificante; ¡todas nuestras pequeñas preocupaciones se vuelven tan vulgares! Cuando uno ve este hecho, cuando lo percibe en la mente y en el corazón, abarca toda la tierra, quiere protegerlo todo, porque uno es responsable. El interlocutor pregunta: ¿Qué significa salirse de esta corriente y “quién” es el que se sale? La corriente es la constante lucha y desdicha de todos los seres humanos, ya sean comunistas, socialistas o imperialistas; es el suelo común sobre el que todos estamos parados. Para librarse de esa corriente, no hay un “quien” que vaya a salirse de ella; la mente se ha convertido en algo totalmente distinto. No es que “yo me haya salido de la corriente”; la mente ya no se encuentra más en ella. Si está usted apegado y termina con el apego, tiene lugar algo por completo diferente; no es que “usted” esté libre del apego. Hay una calidad diferente, un tono diferente en toda la vida de uno cuando se comprende este hecho extraordinario: que cada uno de nosotros es la humanidad.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .