Pero son sobre todo los mitos cosmogónicos y los mitos de origen los que nos

explican la situación privilegiada del herrero africano y su función religiosa. Gracias a Marcel Griaule y sus colaboradores disponemos hoy de una amplia documentación sobre la mitología del Primer Herrero entre los Dogones (círculo cultural del Volta) y los Bambara (círculo del Alto Níger). Entre los primeros la profesión de herrero es muy estimada y sus herramientas ocupan un lugar importante en el culto, ya que el Primer Herrero es figura esencial de la mitología por haber recibido del Dios supremo, Amma, las muestras de los principales granos cultivables, que colocó en el interior de su maza, suspendiéndose luego del extremo de una cadena de hierro mediante la cual Dios le hizo descender sobre la tierra. Según otra variante, los herreros vivían primitivamente en el cielo y trabajaban para Anima 13. Pero como uno de ellos hubiese robado el mijo del dios, ocultándolo en su maza, Amma le hizo descender a la tierra; al tocar el suelo se hizo impuro y, por consiguiente, incapaz de volver a subir al cielo. Según una tercera variante, la más completa, el Herrero Antepasado construyó en el cielo un granero dividido en ocho departamentos que representaban los órganos principales del hombre: en cada departamento depositó uno de los ocho granos cultivables. Este granero, construido de tierra celeste, fue llevado después a la Tierra por el Primer Herrero y allí, al dispersarse, se convirtió en el campo primordial puro, en torno al cual se organizó más tarde la Humanidad 14. Fue igualmente el Primer Herrero celeste quien inventó el fuego, enseñó a los hombres la agricultura, así como a domesticar los animales15. Según otros mitos, el Héroe Civilizador de los Dogones, el Genio-Monitor Nommo, se metamorfoseó en Herrero y descendió a la tierra para revelar a los humanos la civilización. La acción de Nommo es visible en el cielo durante las tormentas: como el Dantsien San de los T'ou-jen, antes mencionado, hace estallar el rayo y golpea la tierra con piedras de trueno.

Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .

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