«Está escrito que si vuestra mano derecha es motivo de escándalo y de pecado, debéis
cortárosla y tirarla lejos de vosotros, ya que es mejor que se pierda una parte de vuestro cuerpo y no entre todo él en el infierno. Estas palabras sólo caían sobre los crímenes a los que podían arrastraros los desór- denes de vuestra materia; pero también golpeaban en secreto sobre las concu- piscencias de espíritu y sobre esos falsos profetas que os inducen siempre a romper la alianza que habéis hecho con vuestro Dios y a relacionaros con dioses que no son dioses, que se presentan a vosotros disfrazados de corderos, siendo por dentro lobos rapaces. Pues la puerta de la vida es estrecha y son pocos los que la encuentran y entran por ella, mientras que la puerta de la perdición es ancha, el camino que lleva a ella es espacioso y son muchos los que pasan por ella».
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .