El Akâsa es indispensable agente de toda krityâ u operación mágica, ya religiosa, ya profana.

La expresión brahmánica “excitar el Brahmâ” (Brahmâ jinvati), significa despertar el poder latente en el fondo de las operaciones mágicas, pues los sacrificios védicos son magia ceremonial. Este poder del Akâsa o electricidad oculta, el alkahest de los alquimistas o disolvente universal, la misma anima mundi, como luz astral. En el momento del sacrificio está embebida en el espíritu de Brahmâ y mientras aquél se lleva a cabo es el mismo Brahmâ. Éste es evidentemente el origen del dogma cristiano de la transubstanciación. En lo que se refiere a los efectos generales del Akâsa, el autor de una de las obras más modernas de filosofía oculta: Arte Mágico, da por vez primera una muy inteligible e interesante explicación del Akâsa, en conexión con los fenómenos atribuidos a su influencia por fakires y lamas.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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