“¿Cómo, entonces, de qué manera puede impedirse la formación de estas imágenes?” ¿No plantea usted
una pregunta errónea, señor? ¿Quién es el que lo impide? ¿Acaso no es otra imagen o idea la que formula la pregunta? ¿No sigue usted operando con imágenes, de una imagen a otra? Preguntas así no llevan a ninguna parte. Cuando somos ofendidos o lastimados psicológicamente, tal como nos ocurre desde la infancia, las consecuencias de esa herida son obvias: tememos heridas ulteriores, nos apartamos construyendo un muro a nuestro alrededor, hay más aislamiento, etcétera; un proceso de neurosis. Cuando nos damos cuenta de ello, si observamos estas heridas, los conflictos, entonces instintivamente reclamamos un modo de impedir que se nos lastime. La imagen máxima es el “yo”, con “Y” mayúscula y con “y” minúscula. Cuando uno capta el pleno significado de por qué el cerebro, el pensamiento, forma estas imágenes, la verdad de por qué estas imágenes existen, esa percepción misma disipa toda la formación de imágenes. Ésta es la libertad fundamental.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .