Pero en una sociedad altamente sofisticada, culta, civilizada, la gente tiene tanta prisa que nadie

está disponible para hablar con nadie. Los padres nunca ven a sus hijos, o incluso si los ven, solo hay palabras corteses: «Hola, ¿qué tal estás?», y se van. O una palmada en la cabeza que es casi mecánica, o un abrazo que es falso, o incluso un beso que es solo un gesto vacío. Pero nadie habla, nadie mira a los ojos a nadie. No hay amistad, no hay amor. Los padres viven en un mundo, los hijos viven en otro.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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