Llevas oculta en tu interior una obra maestra, pero estás parado en el camino. Simplemente,
hazte a un lado, y la obra maestra quedará al descubierto. Todo el mundo es una obra maestra, porque Dios nunca crea nada menor. Todo el mundo esconde una obra maestra durante muchas vidas, sin saber quién es y tratando de convertirse en alguien, en la superficie. Abandona la idea de convertirte en alguien, porque ya eres una obra maestra, y ésta no se puede mejorar. Sólo debes acceder a ella, conocerla, descubrirla. Dios mismo la ha creado; no se la puede mejorar. Aquí no te estoy enseñando a mejorar tu vida. No; no yo. Te estoy enseñando únicamente a conocer la vida que ya está allí, que siempre estuvo allí: así es la cosa. Sólo hazte a un lado, para que el yo no llene tus ojos, para que tu ser no esté nublado y para que el cielo se abra. De repente, no sólo tú, sino la existencia toda, dice: ¡Una obra maestra!" Éste es el Primer Principio. Prueba esto: sentado debajo de un árbol, olvídate de ti mismo. Deja que sólo el árbol permanezca allí. Esto le sucedió a Buda debajo del árbol bodhi. Él no estaba, y en ese momento ocurrió todo. Sólo el árbol bodhi estaba allí. Puedes no ser consciente de que, después de Buda, en quinientos años, no se creó su estatua ni se pintó un cuadro de él. Durante quinientos años, continuamente, cada vez que se creaba un templo budista, sólo se ponía la imagen del árbol bodhi. Eso era hermoso porque, en ese momento, cuando Sidarta Gautama se transformó en Buda, él no estaba allí: sólo el árbol estaba allí. Él había desaparecido un momento, y sólo estaba allí el árbol. Encuentra momentos en los que no estés, y ésos serán los momentos en los cuales, por primera vez, verdaderamente existirás.
Osho . El Dios de todos .