Hay cinco sentidos (como es notorio); éstos son la vista, el oído, el olfato, el
gusto y el tacto: a éstos añadimos otro que nuevamente hemos conocido y descubierto, el cual es el afato, y sin el cual no puede haber perfecta ciencia ni tenerse de las cosas. De los seis expresados sentidos, tiene los cuatro su propio acto en la piedra, porque la vista la ve, el oído la oye, el afato la nombra y el tacto la toca, no teniendo el gusto ni el olfato actos semejantes en ella, respecto de no ser ente gustable ni odorable. Luego que los sentidos acaban la operación de sus actos en la piedra, la imaginación abstrae de ellos las semejanzas que han percibido de ella y las hace imaginables en su misma esencia y naturaleza, las que después de imaginadas abstrae el entendimiento de la imaginación, y en su esencia y naturaleza las hace inteligibles o entendidas: en que se manifiesta el modo que tiene el entendimiento para ascender de lo sensible a lo inteligible, sin dudar ni creer, porque la experiencia no se lo permite.
Ramón Llul . El Libro Del Ascenso Y Descenso Del Entendimiento .