Para descubrir qué es la verdad tiene que haber un gran amor y una profunda
percepción de la relación del hombre con todas las cosas lo cual implica que uno no se interesa en su progreso propio, en sus logros personales. La búsqueda de la verdad es auténtica religión, y únicamente el hombre que está buscando la verdad es un hombre religioso. Un hombre así, gracias a su amor, está fuera de la sociedad, y su acción sobre la sociedad es, en consecuencia, por completo diferente de la de un hombre que está dentro de la sociedad y se interesa en reformarla. El reformador nunca podrá crear una cultura nueva. Lo que se necesita es la acción del hombre verdaderamente religioso, porque esta acción, esta búsqueda religiosa misma, produce su propia cultura, y ésa es nuestra única esperanza. Vean, la búsqueda de la verdad otorga una explosiva creatividad a la mente, lo cual es la verdadera revolución, porque en esta búsqueda la mente no se contamina con los edictos y sanciones de la sociedad. Al estar libre de todo eso, el hombre religioso puede descubrir lo que es verdadero; y es este descubrimiento, de instante en instante, el que crea una nueva cultura.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .