Pasa de la luz del sol a la sombra para hacer más sitio a otros.

Las lágrimas que riegan el árido suelo de dolores y tristezas, hacen brotar las flores y los frutos de retribución kármica. Del horno de la humana vida y de su negro humo elévanse llamas aladas, llamas puras, que remontándose más y más bajo el ojo kármico, tejen al fin la tela gloriosa de las tres vestiduras del Sendero.

H.P. Blavatsky . La voz del silencio .

Índice