Hay que purificar de deseo el pensamiento. Una vez que el pensamiento está purificado de
deseo, es no-pensamiento. La mente sin deseos es no-mente. Es lo que Patanjali llama samadhi, lo que el Zen llama satori, lo que los taoístas llaman cristalización: el equilibrio de lo que va hacia fuera y lo que va hacia dentro. Y no se pierde nada de energía; va al mundo y vuelve como un pájaro que por la mañana vuela al cielo y al anochecer vuelve al nido.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .