En aquel estado de éxtasis, de intensísimo gozo, habiendo perdido lo único que os mantenía
sujetos, el yo inferior, hallaréis la única fuente de inspiración, la única belleza que necesitáis, la única verdad digna de adhesión, merecedora de que la poseáis, de que por ella luchéis y de que por lograrla sacrifiquéis todo lo demás. Debéis tener esta ambición (no encuentro palabra mejor apropiada), debéis tener el intenso deseo de entrar en el Reino; y entonces, cualesquiera que sean vuestras acciones, llevarán el sello de la Eternidad y doquiera estéis seréis el emblema de este Reino.
Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .