¿Por qué nuestros deseos nunca se realizan plenamente? ¿Por qué siempre hay obstáculos que nos

impiden hacer completamente lo que deseamos? Si su deseo de hacer algo es completo, si todo su ser está en ello sin buscar un resultado, sin el anhelo de satisfacción o sea, sin temor- entonces no hay obstáculos. Un obstáculo, una contradicción existen sólo cuando su deseo es incompleto, cuando está fragmentado: uno desea hacer algo y, al propio tiempo, teme hacerlo, o quiere hacer a medias alguna otra cosa. Además, ¿puede uno realizar alguna vez plenamente sus deseos? ¿Comprende? Lo explicaré. La sociedad, que es la relación colectiva entre los hombres, no quiere que uno tenga un deseo completo, porque si lo tuviera sería un estorbo, un peligro para la sociedad. Se nos permite tener deseos respetables como la ambición, la envidia eso está perfectamente bien. Estando constituida por seres humanos envidiosos, ambiciosos, que creen e imitan, la sociedad acepta la envidia, la ambición, la creencia, la imitación, aun cuando todas éstas sean intimaciones del temor. En tanto sus deseos encajan en el patrón establecido, es usted un ciudadano respetable. Pero tan pronto tiene un deseo completo que no pertenece al patrón, se vuelve usted un peligro; por ende, la sociedad está siempre vigilando para impedirle que tenga un deseo completo, un deseo que sería la expresión de su ser total y que, en consecuencia, daría origen a una acción revolucionaria. La acción del ser es por completo diferente de la acción del devenir. La acción del ser es tan revolucionaria que la sociedad la rechaza y se interesa exclusivamente en la acción del devenir, la cual es respetable porque encaja dentro del patrón. Pero cualquier deseo que se expresa en la acción del devenir que es una forma de ambición- carece de una realización completa. Tarde o temprano, ese deseo se ve contrariado, impedido, frustrado, y contra esa frustración nos rebelamos mediante procedimientos dañinos. Ésta es una cuestión muy importante que hay que investigar, porque a medida que pasen los años ustedes encontrarán que sus deseos jamás se realizan realmente. En la realización está siempre la sombra de la frustración, y entonces no llevan ustedes en el corazón un canto sino un grito. El deseo de llegar a ser llegar a ser un gran hombre, un gran santo, un gran esto o aquello- no tiene fin y, por tanto, no se realiza nunca; siempre exige “mas”, y un deseo semejante engendra permanentemente angustia, desdicha, guerras. Pero cuando uno está libre de todo deseo de devenir, hay un estado del ser cuya acción es por completo diferente. Es. Y lo que es, no pertenece al tiempo. No piensa en términos de realización. Su existen la misma es su realización.

Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .

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