El último postulado que quiero recalcar es que si se cumplen estas tres leyes conducirán

necesariamente a un deseo urgente de obedecer la ley del país donde el alma ha encarnado. Es innecesario decir que sé muy bien cuán inadecuadas son las leyes impuestas por los hombres. Quizás son temporariamente insuficientes para satisfacer la necesidad. Podrán fallar en su alcance y ser inadecuadas, pero en cierta medida resguardan a los pequeños y débiles seres y serán consideradas aplicables por quienes tratan de ayudar a la raza. Estas leyes están sujetas a cambios, a medida que se hace sentir el efecto de las tres grandes leyes, pero hasta que no sean reformadas inteligentemente (y eso llevará tiempo), frenarán el libertinaje y el egoísmo. También podrán causar sufrimiento. Esto nadie puede negarlo. Pero los sufrimientos no serán tan malos ni los efectos tan duraderos como lo sería si se derogaran esas leyes y comenzara el consiguiente ciclo anárquico. Por lo tanto, el servidor de la raza colabora en su vida diaria con las leyes del Dais. trabajando al mismo tiempo para subsanar las injusticias que ellos puedan producir, y para mejorar las imposiciones legales que inciden sobre el género humano en su país. Cuando se reconozcan las cuatro leyes -del Renacimiento, del Amor, del Grupo y del País- tendremos la salvación de la raza.

Alice A. Bailey . El Sexo .

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