¿Qué es el destino? ¿Desea usted realmente investigar este problema? Formular una pregunta es la
cosa más fácil del mundo, pero su pregunta sólo tiene un sentido si le afecta directamente, porque entonces es usted muy serio al respecto. ¿Ha notado cuántas personas pierden interés tan pronto como han formulado su pregunta? El otro día un hombre hizo una pregunta y después empezó a bostezar, a rascarse la cabeza y a hablar con su vecino; había perdido completamente el interés. Le sugiero, por lo tanto, que no haga una pregunta a menos que sea realmente serio en relación con la misma. Este problema de qué es el destino es muy difícil y complejo. Vea, si una causa se pone en marcha, debe producir inevitablemente un resultado. Si un gran número de personas, ya sean rusos, americanos o hindúes, se prepara para la guerra, su destino es la guerra; aunque puedan decir que desean la paz y se preparan sólo para su propia defensa, ponen en marcha las causas que producen la guerra. De igual matrera, cuando millones de personas han tomado parte por siglos en el desarrollo de una civilización o cultura, han puesto en marcha un movimiento en el que los seres humanos individuales quedan presos y son arrastrados les guste o no; y todo este proceso de estar presos y ser arrastrados en una corriente particular de la cultura o de la civilización, puede llamarse destino. Después de todo, si usted ha nacido como hijo de un abogado que insiste en que usted también sea abogado, y usted acata sus deseos aun cuando preferiría hacer alguna otra cosa, entonces su destino es, obviamente, convertirse en abogado. Pero si rehusa ser un abogado, si insiste en: hacer lo que siente que es verdadero para usted, lo que realmente ama puede ser escribir, pintar, o no tener dinero y pedir limosna- entonces se ha salido de la corriente, ha roto con el destino que su padre reservaba para usted. Lo mismo sucede con una cultura o una civilización. Por eso es muy importante que se nos eduque apropiadamente que se nos eduque no para ser asfixiados por la tradición, o para caer en el destino de un particular grupo racial, cultural o familiar, o para convertirnos en seres mecánicos movidos hacia una finalidad predeterminada. El hombre que comprende todo este proceso, que rompe con él y se queda solo, crea su propio ímpetu, su propio movimiento; y si su acción es un romper con lo falso para ir hacia la verdad, entonces ese movimiento mismo se convierte en la verdad. Hombres así están libres del destino.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .