Desde este momento en adelante, las despertadas energías de la Mónada toman una parte menos
pasiva en la evolución. Principian a tratar de expresarse activamente hasta cierto punto, cuando son llamadas a funcionar y ejercer activa influencia en el moldeado de las formas en que se hallan aprisionadas. Cuando han llegado a hacerse demasiado activas para su revestimiento mineral, se manifiestan los principios de las formas más plásticas del reino vegetal, evolución a que ayudan los espíritus de la naturaleza en los reinos físicos. En el reino mineral, han mostrado ya una tendencia hacia la organización definida de la forma: el trazado de ciertas líneas según las cuales, prosigue el desarrollo. Esta tendencia rige en lo sucesivo en la construcción de todas las formas y es causa de la exquisita simetría de los objetos naturales, familiar a todos los observadores. Las almas monádicas de grupos se someten en el reino vegetal a divisiones y subdivisiones con creciente rapidez, a consecuencia de la mayor variedad de influencias a que están sujetas, debiéndose a esta subdivisión invisible la evolución de las familias, géneros y especies. Cuando cualquier género, con su alma monádica de grupo genérica, se halla sujeta a condiciones muy variadas, esto es, cuando las formas relacionadas con ella reciben muy diversas influencias, desarróllase en la Mónada una nueva tendencia a subdividirse, desenvolviéndose varias especies, cada una de las cuales tiene su especifica alma monádica de grupo.
Annie Besant . La sabiduría antigua .